Ars nova

No hay suficientes fuentes
alimentando este Nilo -sucio-,
y el agua fluye entre barcos
que parecen quebrarse
bajo el peso del negro alabastro,
y el sol no parece ser incendiario
ni el viento favorable,

nada que nos haga ahora
que dejamos Alejandría,
volver a tener abiertos
los ojos, fijos en tu cuerpo
sobre la cama del hotel
vestido, como si las reglas
del arte hubieran cambiado

solo, solo para ti.

Si no hubiera sido mejor
entonar canciones del Norte.

Si no hubiera sido mejor
sucumbir a la más oscura
de la condiciones humanas,
y entonces hacer que las reglas
del arte cambiaran, pero
sólo, sólo para mí.

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Un comentario en “Ars nova

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