Boreal. O.

Veo la luz. Te dije. Pero Kirkpatrick andaba allí, en el lugar donde kullerman golpeaba las ratas contra el suelo y me di cuenta de que su sangre no solo llenaba la pared contra su espalda. Se deslizaba como un río rojo, como una marea que olía a hierro y cercaba las patatas. Y que estaba inmóvil. Y que fuera había dejado de nevar pero que el frío seguía y seguía y mi aliento casi se volvía algo sólido, y entonces supe que tenía que salir de allí.

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