O lo que es lo mismo, In the mood of love. Anoche tuve la ocurrencia de terminar de ver la película de Kar Wai Wong y la verdad, después de tantos días visionando películas que poco o nada me decían, tanto desde el punto de vista estético, como narrativo o estructural narrativo, disfruté como hacía tiempo que no lo hacía. Ocho años más tarde del primer pase privado en la pantalla de mi salón-cocina-comedor y casi dormitorio-biblioteca (los pisos aquí son exiguos y caros como cabezas de duendes), decido revisitar este espacio y no sé qué diablos me pasaba hace ocho años, pero la imagen que tenía del film a la que tengo ahora ha diferido tanto, que me pregunto bajo qué sustancias psicotrópicas o etílicas vi la película en la primera ocasión. Otro día empezaré, tengo que salir.